de Giorgio Dibitonto
Juan escribió en su Evangelio (14,2) las palabras de Jesús : “En la casa de mi Padre hay muchas moradas”. Habló de muchos mundos habitados, de hermanos extraterrestres que visitan la Tierra. Dijo incluso que la Biblia menciona símiles apariciones de siempre y que los Ángeles no son descritos con alas sino como hombres.
“Ángeles en astronave” muestra varias enseñanzas recibidas por los Hermanos del Espacio en donde se habla de mundos y también de dimensiones. De tal modo que se podría decir que la casa del Padre tiene muchas dimensiones consteladas de muchos mundos habitados. Por ejemplo, la dimensión espiritual habitada por Ángeles puros espíritus es diferente de la física habitada por los hombres. Se habla también de dimensiones astrales o cósmicas intermedias entre la materia y el espíritu. La energía vital astral es más espesa que la espiritual y es más sutil que la material.
Las palabras de Jesús, a la luz de lo que George Adamski comenta y de cuanto recoge “Ángeles en astronave”, adquieren un significado amplio y nos dan una amplia visual de la multiplicidad y riqueza de la creación. Así podemos decir que los habitantes de las varias dimensiones y de los varios mundos viven una energía vital adaptada al lugar que los acoge. Si están en dimensiones y mundos espirituales son puros espíritus. Si residen en una dimensión astral tienen un cuerpo astral, un alma adaptada a aquella vida y si están en la dimensión física tienen también un cuerpo material.
Las astronaves conducidas por los Hermanos del Espacio muestran capacidad para moverse en cada dimensión y poder materializarse, desmaterializarse y atravesar espacios y tiempos diversos. George Adamski los llama ángeles y hombres y extraterrestres, pero también la Biblia los llama hombres, ángeles y también el Señor.
Este modo diferente de llamar a los mismos mensajeros de Dios da valor a todo lo que afirma el contactado americano: aquellos que vienen de otros mundos y de otras dimensiones y nos traen el amor de Dios y del prójimo, el respeto por la creación, la comprensión del maravilloso diseño creativo y las enseñanzas universales llenas de bondad y de positividad están al servicio de Dios y han sido desde siempre llamados dioses, ángeles y con nombres similares.
La Biblia nos habla de los ángeles mandados por Dios a hacer diversas cosas a su servicio por el bien de los hombres. Nos invita a amarlos, a escucharlos, a acoger su anuncio y no oponernos a su acción benéfica. El culto a los Ángeles se nos ha propuesto desde siempre porque son nuestros guardianes, intercesores y amigos de confianza, aquellos que nos ayudan a caminar en el amor y en el bien.
¿Por qué los Ángeles no pueden venir a nosotros bajo varias formas y en diversas dimensiones? ¿Quién puede decir dónde termina la providente mano del Señor?¿Quién puede poner límite a la potencia divina y a los espíritus unidos a Él?